La forma del amor.
- Xóchitl Alemán
- 14 ene 2018
- 7 Min. de lectura
Es un difícil darle una forma al amor, los colores que debe tener o las personas que se deben relacionar. En cambio es más fácil escribir del 'amor' y que cada uno se adapte a la perspectiva que más le convenga. Te contaré una historia, una forma de amor.

Madrid me estaba regalando las mejores semanas de mi vida con bastante frío, eso me hacia disfrutar más del ColaCao mientras caminaba por la calle Fuencarral, mi lugar favorito de toda la cuidad no solo porque las tiendas y los tattoo shop llovían si volteabas a izquierda o derecha, sino, porque me hacían sentir como una local ya que el ir a La Puerta de Alcalá o el Bernabéu en un día que no es de partido me escribe en la frente “turista”. Trágicamente era hora de volver, mi natal Colombia, mi familia, mis amigos y mi trabajo me necesitaban de vuelta, tenia que regresar a la rutina. Esa que te abraza como madre a su hijo buscando protegerlo de cualquier mal y no dejándolo salir a descubrir lo que tiene el mundo para el.
Vaya día, hace tres semanas quería ya dejar de hacer maletas y yo me aferro a dejar mi ropa fuera de ellas.

Mi estadía en Madrid tiene muchos recuerdos, la primera vez que vine tenia 14 y mi papá me dijo que si quería ser un gran futbolista como Hugo Sánchez esta cuidad tenia que ser mi meta, bueno al final no fui futbolista la verdad no servia para eso. Pero Madrid siempre fue mi meta aunque por ahora viva en Tokio ya tengo un piso reservado para cuando viva en este lugar, cerca de Fuencarral por su puesto no podría vivir sin los bellísimos cafés y las mujeres que me ofrece. Este lugar tiene una parte de mi que esta clavada totalmente, no se si sean los Hombres G, el hecho de aquí se respiran letras todo el año o la Universidad de Madrid a la cual nunca entre y siempre fue mi sueño. Lo único malo es que siempre tengo que dejarme ir.
Con mis maletas llenas de ropa y mi corazón lleno de desilusión por irme tome un taxi al aeropuerto, la nieve me estaba poniendo muy nerviosa, las tormentas aquí duran días lo que significa no poder volver, aunque la verdad no sé sí eso era algo bueno o malo. Ya no tenia otra reservación en el hotel por si pasaba alguna emergencia, estaba dividida, una parte de mi quería quedarse y la otra necesitaba volver al lugar donde pertenecía.
Mi suerte siempre ha sido la peor de todas, cuando iba en secundaria la chica 'el amor de mi vida' me hizo esperar 3 horas en el cine y no llego porque le daba pena salir conmigo. En la graduación preparatoria me estaba cayendo al subir por mi diploma, fue una de las cosas mas vergonzosas que me han pasado y ya por ultimo en universidad entré a las regaderas de mujeres por accidente, lo dije mi vida tiene la suerte volteada, lo único que me agrada es que puedo reírme de mi mismo sin problema alguno.
Mi vuelo tiene 10 horas de retraso en lo que pasa la tormenta de nieve que la verdad no es muy fuerte, pero por cuestiones de quien sabe que no puede haber ningún vuelo, en serio, no me levante tan temprano para quedarme un día entero en el Barajas.
Con tanto retraso y pocas buenas noticias necesitaba mi café de la mañana, así que fui al café de la sala de espera, tenia que pedirlo colombiano ya que no podía esperar por regresar a mi tierra hermosa que aunque no lo quisiera aceptar ya me estaba haciendo falta.
Buen día, Alto, colombiano, por favor.
Me encantaría un colombiano Venti.
¿También de Colombia?
No, soy de México pero el café de Colombia es el mejor del mundo por su puesto.
Gracias por apreciarlo, es muy bueno la verdad.
Si, bastante ¿a donde vuelvas o volarás?
Bogota, tengo que… ya sabes… volver
Interesante, ¿dejas a alguien? En serio, perdón, soy muy preguntón.
No te preocupes y no, no dejo a nadie, solo a una parte de mi ¿te gustaría sentarte conmigo?
Si por su puesto, faltan muchas horas que volar a nuestros destinos.
Bastantes… ¿a donde vas?
Vuelvo a Japón, trabajo y vivo, es bonito.
Seguro que si, me encantaría visitar Japón.
Nos sentamos y fue a ahí donde su elocuencia me cautivo, sus palabras eran tan exactas para todo tenia una respuesta. He hablado de esa manera con pocos hombres, aunque ni siquiera sabia su nombre tenia muy claro que podía contarle toda mi vida a un extraño con bonita sonrisa.
Mujeres hermosas encuentras en todas partes pero una que sea locuaz y que se ría de todo es única en la vida, ella era preciosa y no solo físicamente, su mirada era tan dulce y tenia por seguro que ni siquiera una vez en la vida algo estaba escrito.
Acaban de anunciar doce horas de retraso debido a que la pista se tenia que limpiar después de que se calmara la tormenta, así que le dije a este completo extraño que nos fuéramos a dar un paseo por la cuidad, pensé que me iba a ver raro pero me dijo ¨si¨ así sin pensarlo solo como un impulso, de esos, de los cuales tenemos un buen presentimiento, tomamos un taxi lo cual no fue muy útil pero salimos del aeropuerto.
Le dije que fuéramos turistas pero antes que me dijera su nombre, Valentina Posada, era un placer ser tu acompañante el día de hoy y no me molestaría serlo el día de mañana. Nos dirigimos a la puerta de Alcalá porque queríamos turistear por un día en la cuidad que los dos amamos con locura. Nos bajamos como un kilómetro antes pero valió la pena caminar, caminaba igual de rápido que yo aunque Valentina se cansaba un poquito y sus mejillas se ponían rojas por el frío.
Cruzamos el boulevard como niños inquietos, el semáforo estaba en verde y eso no nos detuvo de llegar lo mas rápido posible, nos sentamos un rato y seguimos platicando. Resulta que Cesar Emilio y yo somos muy diferentes, el se fue de su casa a los 17 y yo a mis 25 sigo viviendo con mis padres, su comida favorita es la italiana y le tuve que confesar que las pastas no son lo mío.
Valentina había sufrido mucho con su relación anterior, más que quedar dañada ella simplemente quedo vacía, era tan difícil ver como sus ojos se ponían llorosos pero luego encontraba una forma de sacar llenar ese vacío de su mente y volvía a sonreír. No podía describirlo de otra forma, esa mujer que había conocido en un café tenia mi cabeza vuelta loca. La invite a comer y la lleve a mi calle favorita, resulto también ser la de ella, aunque somos muy diferentes la vida te da pequeñas enormes casualidades.
Mientras comíamos y bebíamos vino, me di cuenta de no quería dejarlo ir. Tanto tiempo llorando por alguien que no valía la pena y de la nada sin aviso alguno llega una pieza perfecta en el rompecabezas de tu vida a completarla, era una total locura pero ese momento de felicidad no lo reemplazaba.
Valentina veía mucho la hora, no quería irse, yo simplemente la ignoraba y le decía que disfrutáramos de la aurora que nos regalaba el bellísimo cielo de Madrid, nuestra Madrid. Lamentablemente, solo quedaban cuatro horas para nuestros vuelos y cada uno volvería a su vida normal y este día habría sido solo un sueño o lo más parecido a ello. Tomamos el metro, seguía sonriendo como hacía unas horas, cuando la conocí en un café.
Una parte de mi estaba aun mas triste por dejarla ir, no quería hacerlo.
Todo el camino de regreso al aeropuerto fue pura melancolía, no quería decirle que me había maravillado de lo meliflua que era su voz. Me miraba con una serenidad que parecía que nos habíamos conocido desde mucho tiempo atrás y sabia los secretos de mi almohada.
Al verla sacar su pasaporte con su boleto dentro supe que esto había terminado, no nos volveríamos a ver y jamás encontraría a una mujer como ella. No tuve el valor de decirle que cambiara su destino y se fuera conmigo a Japón que aunque nos conocíamos desde hace menos de 24 horas ella me tenia vuelto loco, que su sonrisa paralizaba algo dentro de mi y que en sus ojos guardaba un universo tan único y lleno de vida, como lo era ella.
No quería llorar, no quería decirle que lo vi y me enamore, le hable y me di cuenta que un ratito es suficiente. Vida, a veces me tratas de manera horrible, me haces decirle adiós a personas a las que apenas les he dado los buenos días. Si pudiera congelar el tiempo lo haría sin pensarlo, seria algo involuntario ya que mi corazón volvía a bombear sangre llena de amor.

Abordó. Jamás encontré una mujer como Valentina, si me preguntan cuál ha sido el mejor momento de mi vida tendría que decir ese único abrazo que nos dimos cuando iba a subir al avión que la llevaría tan lejos de mi y tan cerca de mi corazón, aún puedo recordar su aroma y puedo sentir sus lagrimas en mi hombro. Madrid no solo tiene un pedazo de mi vida, de mi carrera, de mis locuras, Madrid también eternamente un pedazo de amor hacia esa mujer perfecta a la cual no le dije que huyéramos juntos y nos amaramos así como amamos la cuidad en la que nos conocimos. La vida te sorprende de muchas maneras, a veces te deja un efímero recuerdo que durará más de lo que puede vivir una estrella y es increíble.
El amor es tan efímero que en un día y a primera vista puedes encontrarlo. Sin embargo, siempre está la posibilidad de que tengas que dejarlo ir, Cesar Emilio me hizo creer en la existencia del amor a primera vista, a primera charla y a primer abrazo. Es duro imaginar qué fue de su vida, tal vez sigue en Japón o volvió a México. Lo único que tengo seguro es que cada que voy a Madrid recorro Fuencarral, el Barajas y la Puerta de Alcalá con la esperanza de volverlo a ver.
¿Te gustó esta forma de amor? Puedes descubrir muchas otras, en libros, experiencias o películas. Recientemente se estrenó The Shape Of Water de Guillermo Del Toro. Cuenta una perspectiva fantástica del amor y de como está en los lugares menos pensados, hice una reseña (link en la imagen), no temas descubrir tu propia forma de amor.
Comments